10/10/2014 | 7:26 PM
(María Beatriz Parilli)
Hace varios años que no se ven obras macros en las zonas rurales de los estados productores del país, principalmente en las áreas de vialidad, infraestructura, servicios públicos y seguridad, que son donde los agricultores reclaman una mayor atención que, de cubrirse, generarían mejores condiciones para el incremento de los rubros y alimentos que demandan los venezolanos.
Las zonas rurales están desasistidas por un Gobierno que ha dejado de cumplir su rol para abarcar otras tareas que antes les competía directamente a los productores agropecuarios y a la agroindustria, según destacó el asesor agroalimentario y ex decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad del Zulia (LUZ), Werner Gutiérrez.
Ha sido así como más de 3,6 millones de hectáreas han pasado a manos del Ejecutivo que también ha nacionalizado distintas empresas agroalimentarias, entre ellas, la más emblemática: Agroisleña, ahora convertida en Agropatria. “Si el Gobierno venezolano se hubiese dedicado a equiparar y mejorar el desarrollo de las zonas rurales con el urbano, hubiese podido estimular la presencia cada vez mayor de productores en los campos y, en consecuencia, mejorar la producción”, dijo Gutiérrez.
Para el experto, hay una gran deuda con las zonas rurales, donde las obras de vialidad, drenajes, los servicios de agua y electrificación, y seguridad, han sido más un paliativo que una solución a largo plazo, por lo que considera que en estos momentos “el Estado no está cumpliendo el papel que debería desempeñar, como lo es darle condiciones a los agricultores para trabajar y no aumentar el control en la parte de producción, procesamiento, distribución e importación que hemos visto en estos 15 años y que ha sido un fracaso”.
Otra política en la que se enfoca el Gobierno es en la regulación de los precios, los cuales recientemente fueron ajustados para las cosechas de maíz, arroz y café, así como la producción de leche a puerta de finca, pero por debajo de la rentabilidad exigida por el sector agropecuario, según indicó el asesor, que enfatizó que esta situación, aunado a la indefinición que se mantienen sobre algunos alimentos generados por la industria “lejos de crear un estimulo al aparato agroindustrial, se convierte en una traba para un posible crecimiento”.
También criticó que se obligue a los productores a inscribirse en los registros únicos Runoppa y Rupdae, los cuales considera que son una “carga burocrática más” como lo fue el censo que se levantó cuando fue creada la Misión AgroVenezuela.
Cambio de políticas
Para los próximos meses, Werner Gutiérrez teme que haya un repunte en los niveles de escasez dado que, a su juicio, no ha habido un cambio en la conducción de las políticas agroalimentarias. Aseguró que se va a seguir viendo un desabastecimiento al caer o estancarse la producción y tener menos divisas para realizar las importaciones necesarias en alimentos, materia prima e insumos.
Fuente:
http://ultimahoradigital.com/news/noticiaunica.php?id=51347
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