Pedro Piñate
Este enero 2015, en Venezuela es inocultable que la escasez de alimentos y bienes esenciales se han agudizado en escala nacional. Sin más producción ni importación suficiente, la oferta está muy disminuida, a niveles que agravan la demanda insatisfecha desde hace varios meses. Las largas colas y los estantes vacíos de los detales, hablan por si solos de la gravedad de la crisis. También la tensión social en aumento debido al descontento ciudadano.
Al respecto es preocupante la posibilidad de un estallido social que el país no debería nunca más experimentar. Para evitarlo más que represión y medidas punitivas a quienes protestan, lo que se necesita es hablar claro y dejar la prepotencia y el autoritarismo a un lado. También la demagogia con los alimentos y bienes básicos del auxilio social que el gobierno dispone.
El interés nacional debe privar sobre los partidistas y particulares. La crisis alimentaria lo exige. Resolverla demanda la participación de todos pués con hambre nadie gana, todos perdemos. El gobierno y la oposición deben con urgencia encontrar una agenda común al margen de las diferencias, incorporando al sector privado. La disposición a cambiar y hacer las cosas distintas que no han funcionado es en ello esencial. Indistintamente a los personeros del gobierno y oposición, la crisis exige que cambien para resolverla o ella misma se ocupará de cambiarlos.
Aunque muchos otros problemas existen, resolver el hambre que nos amenaza por su naturaleza existencial es prioridad para todos. Y si se evita el hambre a la vista, puede entonces que se resuelvan los demás problemas del país en orden de importancia. Pero primero lo primero, con hambre nadie gana.
Fuente: https://agronotas.wordpress.com/2015/01/14/con-hambre-nadie-gana/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario