Este 2015 se cumplen dos años seguidos de crónica escasez y desabastecimiento de leche en Venezuela. El déficit de producción que en el 2000 se estimó en 1.000 millones de litros anuales, se ha duplicado.
Las importaciones lácteas planteadas como sustitutivas y no complementarias de la producción nacional, hicieron el país mayormente dependiente de los puertos. Con una pésimo logística de importaciones a cargo exclusivo del Estado y la corrupción derivada del control cambiario, la disponibilidad y oferta al consumo de leche y productos lácteos es en Venezuela insuficiente e irregular.
En consecuencia el consumo total de lácteos por la población y especialmente los grupos más vulnerables, está disminuido comprometiendo la nutrición y salud de los venezolanos. El caso de la leche pasteurizada es patético al haber desaparecido por completo, mientras la leche esterilizada (UHT), evaporada y condensada, de origen importado son de consumo ocasional según la oferta. Sin política lechera que es parte de la agrícola que tampoco hay, las posibilidades de abastecer normalmente el país son remotas.
Mientra conviene saber que “Un vaso de leche proporciona a un niño de 5 años el 21 % de las necesidades diarias de proteínas, el 8 % de las calorías, además de micronutrientes clave. La leche les aporta calcio, magnesio, selenio, riboflavina, vitamina B12 y vitamina B5. ” (1/)
Los niños de Venezuela ahora no toman leche y como vamos sin resolver la producción y el abastecimiento, los de mañana tampoco tomarán.
Ref. 1/ FAO. La leche en cifras. Enero 2015 (Infografía)
Fuente: https://agronotas.wordpress.com/2015/01/22/la-leche-que-ahora-no-toman-los-ninos-en-venezuela/
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