El rey David una vez declaró: …Yo guardo en mi tesoro particular oro y plata... (1) Si bien David era rey, esto no significaba que fuera el dueño del reino. Por eso, en su sabiduría, tenía su propio tesoro, además de los del reino.
Si tú eres empresario debes tener patrimonio personal además del comercial, para que, si en algún caso hubiese un problema en el ámbito comercial esto no afecte tu patrimonio personal o familiar.
Ocurre que muchas veces crece la empresa pero no el empresario, todo sigue involucrado en lo comercial y no se observa crecimiento e independencia en lo personal. Por esta razón reflexiona seriamente en independizar tu estabilidad personal de la comercial, para que en una situación difícil, aún quebrando la empresa, no quiebre el empresario. No mezcles un patrimonio con el otro, sepáralos muy bien, empezando por tener tu casa como bien de familia y preservándola de esta forma.
Si compraras el local donde funciona el negocio con plata de una herencia familiar, el negocio debería seguir pagándole el alquiler a la familia, como lo hacía con el dueño anterior, ya que esta propiedad no se compró con fondos del negocio sino con fondos personales y familiares, de esta manera, claramente se pueden diferenciar ambos patrimonios.
Atesora este principio de tanta sabiduría que nos enseña la palabra de Dios a través del rey David y ponlo por obra para que de esta forma crezcas tanto en lo comercial como en lo personal.
Fuente:
http://www.6topoderweb.com/2.0/movil/leer.php?id=7319
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