La agricultura venezolana y su evolución dentro de la agroeconomía y agroindustria nacional, han perdido a uno de sus soportes más activos en todo el proceso iniciado a mediados del siglo XX con la puesta en práctica del Plan Arrocero promovido por la Corporación Venezolana de Fomento a partir de 1948.
Eso fue Concepción Quijada, cuya muerte ayer a los 95 años ha conmovido el espíritu de quienes a su lado fueron forjadores de ese proceso pionero, que transformó las bases de una economía que hasta entonces tenía como fuente fundamental la industria petrolera. Él fue uno de los integrantes durante más de 60 años de esa evolución representada en la moderna agricultura surgida del cultivo colonizador del arroz.
Recién graduado como perito agrícola en la Escuela La Providencia de Turmero, en el estado Aragua, inició su vida profesional en algunas actividades en otras entidades del país, hasta llegar a Portuguesa atraído por la oferta de aquel Plan Arrocero que incorporó a otros técnicos y profesionales del agro egresados de la mencionada escuela.
El nombre de Concepción Quijada, simplificado en el sencillo Concho, vitalizó una trayectoria personal cargada de iniciativas emprendedoras, representadas en la creación de los primeros gremios agrícolas, y más tarde en las empresas agroindustriales derivadas del esfuerzo ininterrumpido durante muchos años de quienes han estado al frente del desarrollo agroeconómico.
Un ejemplo está testificado en Anca, una organización que bajo su conducción ha sido ejemplo dinámico de desarrollo y apertura de millares de productores que encontraron espacio, recursos económicos, asistencia técnica y el apoyo de seguridad para el ejercicio de sus labores. Pero ese apenas es un ejemplo, porque en otras iniciativas empresariales siempre estuvo visible y activo su impulso visionario. El Central Azucarero Portuguesa, Coposa, Oleica, integran ese conjunto de testimonios que enaltecen su aporte al estado Portuguesa y al país en general.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario