24-03-2017
En Venezuela al cierre de la década 1990 – 1999, la casi totalidad de la carne bovina consumida, era de animales criados y beneficiados dentro de nuestras fronteras. Tanto la disponibilidad aparente como la producción per cápita de carne de bovino se mantenía en 17 kilogramos aproximadamente.
Para la década 2000 – 2010, a raíz de los cambios en la política agrícola y económica que implanta el presidente Hugo Chávez Frías, se comienza a registrar una merma importante en la ganadería venezolana, bajo las condiciones adversas impuestas por el modelo agrícola – económico del Socialismo del siglo XXI. Paralelamente, las importaciones de carne bovina, comienzan a crecer a partir del año 2004, ya para el 2006 se habían duplicado. En los años posteriores al 2012, la crisis del sector ganadero nacional se considera ya estructural, sufriendo el sector permanentes limitaciones para continuar produciendo.
Luego de 17 años de errores y fracasos en política agropecuaria, Venezuela que logró ocupar el decimo puesto como país productor de carne a nivel mundial, descendimos por debajo del puesto número 25, según cifras de la Federación nacional de ganaderos. Hoy el rebaño bovino está por debajo de las 10.0 millones de cabezas, lo que nos deja un déficit de 21.0 millones de reses, si quisiéramos cumplir los parámetros internacionales de 1.0 cabeza por habitante. Lastimosamente la producción nacional fue sustituida por importaciones realizadas por el gobierno provenientes de Brasil, Nicaragua, Colombia, Argentina y Uruguay. Ya en el 2014 el 45 % de la carne consumida en el país provenía de mercados externos. Actualmente alrededor del 65 % de la carne es importada.
Particularmente con Brasil, nación en la cual las investigaciones realizadas por la Policía Federal han demostrado que sus principales empresas cárnicas, entre ellas JBS y BRF, realizaron un procedimiento no aceptado por los parámetros internacionales para la comercialización de la carne, el gobierno venezolano ha afianzado durante los últimos años sus “relaciones comerciales” para la traída de carne bovina y pollo al país. Según la denuncia, carnes en mal estado que no cumplían con los requerimientos para poder ser destinadas al consumo, se “maquillaron” con productos químicos.
Desde el 2010 Venezuela registra un importante crecimiento en las importaciones de carne de Brasil, pasando de tan solo aproximadamente 200 millones de dólares en el 2010, a sobre los 900 millones de dólares en el 2014. La Nación carioca llegó a comercializar hacia Venezuela en el año 2013, sobre las 275.000 toneladas de carne por año, siendo uno de los principales destinos de las carnes brasileñas. La amistad de la empresa JBS y el gobierno venezolano ha sido por demás evidente. Con esta empresa se contrato en junio del 2015, a través del entonces presidente de la Asamblea Nacional, Diputado Diosdado Cabello, 2,1 millardos de dólares en importaciones de carne bovina y pollo, persona que no tenía la cualidad legal para ese procedimiento.
Las investigaciones han demostrado que parte del dinero generado por las ventas de esta carne “maquillada” era entregado a los partidos políticos de gobierno del Brasil. Lo razonable entonces sería que la Asamblea Nacional y la Fiscalía general aquí en Venezuela, inicien una investigación para determinar si parte de la carne en estado de descomposición fue comercializada en Venezuela y si el dinero recibido por la empresa JBS, también fue utilizado por el partido de gobierno en nuestro país para la campaña electoral con miras a elegir los nuevos miembros de la Asamblea Nacional en el año 2015.
Desde diversos espacios he denunciado que las importaciones de alimentos por parte del gobierno Chávez – Maduro no obedecen a ningún criterio técnico, dejando de lado los procedimientos de licitaciones para escoger las mejores ofertas. No se respetan las normas de los mercados internacionales, ni se vigilan las condiciones de origen y traslado de esos alimentos, incumpliendo siempre la normativa nacional que regula el registro de alimentos importados, entre tantas otras fallas. Incluso ya habíamos advertido, que el ganado y la carne traída de otros países, y particularmente del Brasil y Nicaragua a Venezuela, es el descarte de esas naciones, y está muy lejos de equiparar la excelente calidad del ganado venezolano.
Urge iniciar la recuperación de la ganadería venezolana, como única vía para garantizar carne y leche suficiente, accesible, y de buena calidad, a nuestros hogares. Los consumidores venezolanos estamos siendo sometidos por irresponsabilidad y la corrupción existente en las mafias importadoras del gobierno a riesgos de sufrir consecuencias en nuestra salud. Tienen la palabra las instancias competentes del estado venezolano para investigar esta nuevo hecho que compromete a altos personeros del partido de gobierno.
Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer
Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ
@WernerGutierrez
Fuente: http://biendateao.com/werner-gutierrez-importacion-de-carne-brasilena-es-roja-rojita/
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