El hurto, robo, abigeato, descuartizamiento de reses, desmantelamiento de instalaciones, extorsión e invasión se multiplican en los municipios Rosario y Machiques de Perijá sin que ninguna autoridad de respuesta al reclamo de sus habitantes, que ven desaparecer el esfuerzo de más de tres generaciones de zulianos.
Diversos son los factores que han coincidido, creando un perfecto caldo de cultivo para la anarquía reinante en la zona. Existe una mezcla de hampa común, bandas delincuenciales organizadas, paramilitarismo y guerrilla. Sin duda, el elemento más determinante de esta crítica situación ha sido el proceso arbitrario de Demarcación de Tierras y Habitas Indígenas.
Somos un país que ha invertido sumas multimillonarias en la adquisición de aviones cazabombarderos Sukhoi, helicópteros; colocamos dos satélites en el espacio, contamos con el “sistema de armas antiaérea más poderoso” y adquirimos un sistema de radares para “garantizar protección frente al imperio norteamericano”, pero somos incapaces e incompetentes para encontrar un rebaño de 350 bovinos robados a dos fincas del Municipio Machiques, solo durante un fin de semana.
Dos cifras quiero recordarle a los Gobiernos Regional y Nacional, que suenan hoy muy duras en los estómagos vacíos de los hogares venezolanos. La primera de ellas, según diversas organizaciones colombianas alrededor de 1.000.000 de reses han atravesado la frontera desde Venezuela hacia ese país en los últimos años. La segunda, solo en el último trimestre de este año, más de 8.500 cabezas de ganado han sido robadas de los municipios Rosario y Machiques de Perijá. En números muy gruesos, esto representaría 225 mil toneladas de carne “hecho en Venezuela” que probablemente no llegaron a los platos de nuestro hambriento pueblo, o fueron reingresadas a territorio nacional como “hecho en Colombia”.
Otro aspecto a considerar es la disminución en la producción de leche. Se estima que la misma ha caído en más de un 60 %, es decir, más de 600 mil litros de leche al día, en estos dos municipios han desaparecido de las despensas de nuestro pueblo, lo que equivale a 2.400.000 teteros diarios para nuestros infantes.
Esta semana la desgracia de ver destruida su propiedad por la invasión le ha tocado a la Finca Los Paredones del Municipio Machiques de Perijá. Sus propietarios, poseen la cadena documental del predio la cual data de 1832. Hasta el momento de escribir estas líneas, ni el Gobierno Regional, ni el Nacional, en la figura de la FANB, han tomado acciones para restituir el orden y el respeto a la propiedad que le asiste a la familia Villalobos.
¿Queremos realmente conquistar la verdadera seguridad y soberanía agroalimentaria? En el caso de la ganadería debemos alcanzar un rebaño de 30.000.000 de cabezas. Es esencial el restituir el respeto a la propiedad, y la seguridad personal, en las zonas agroproductoras del país. ¡Si se Puede!
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