La caída en la producción de leche en Venezuela, ya es una situación estructural. Son diversas las dificultades que enfrenta nuestra ganadería generadas con premeditación y alevosía, y hasta con un dejo de sadismo, desde el gobierno nacional al insistir en aplicar su modelo agrícola - económico fracasado e ineficiente, a pesar de los resultados adversos obtenidos, los cuales con asombroso descaro, desconocen.
Es evidente que la quiebra de la ganadería venezolana no la vive el gobierno, la sufre el ciudadano común que tiene a sus hijos sin leche, mientras la clase política - militar encargada de realizar la importación, procesamiento y distribución de un alimento tan esencial en la dieta de nuestra población se enriquece con exagerados sobreprecios pagados a los proveedores de Uruguay, Argentina, Brasil, Colombia, Nicaragua y Nueva Zelanda.
Entre las principales limitantes que marcan el duro escenario de la ganadería nacional están: caída en el número de cabezas, que lejos de la afirmación fantasiosa del ministro Wilmar Castro Soteldo de un rebaño de 16.5 millones de cabezas, estimo que hemos caído a 9.5 millones de cabezas; la superficie de pastizales se ha visto mermada, teniendo en este momento aproximadamente 5.5 millones de hectáreas que no han podido ser recuperadas por escasez de semillas en el mercado nacional; la sanidad de nuestro rebaño está comprometida por deficientes programas de vacunación ante la escasez de vacunas y reactivos; la baja rentabilidad del sistema ganadero desmotiva las inversiones en el sector ante la fijación de precios fijados por el gobierno por debajo de la estructura de costos y para culminar este pequeño colorario de dificultades, la inseguridad en las zonas rurales según cálculos de la Federación nacional de ganaderos (Fedenaga) ocasionará al cierre del presente año, el robo de 156.000 reses.
Para el cierre del año 2007, ultimo año que se dispuso del anuario estadístico del MPPAT, Venezuela producía 1.72 millones de litros de leche por día, con una población alrededor de 27.5 millones de habitantes. En septiembre del año 2013, Yván Gil, para ese entonces ministro del Poder Popular para Agricultura y Tierras en el lanzamiento el Programa Integral para el Desarrollo Lechero (Pidel) desde el estado Yaracuy, anunciaba la meta de incrementar la producción de leche a 3.16 millones de litros diarios.
No obstante, el actual conductor de la cartera agrícola, Wilmar Castro Soteldo a principios de octubre, afirmaba que "en abril la producción de leche bajó a 34 millones de litros, pero ha logrado estabilizarse entre 47,8 y 48,5 millones de litros de leche". Esto indicaría una producción diaria en abril de 1.13 millones de litros de leche, y actualmente de 1.61 millones de litros por día, lo cual evidentemente está muy lejos de las metas que se ha trazado el gobierno en los infinitos y fracasados planes anunciados durante 18 años de gobierno de Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro.
Reconoce entonces el ministro Castro Soteldo en su declaración que hoy con casi 31 millones de habitantes, en la Venezuela del Socialismo del Siglo XXI, producimos menos leche. Esta, no es otra, la verdadera razón de la escasez de este rubro que el 79 % de la población reconoce está sufriendo, y a su vez, es uno de los detonantes de su alto precio en abastos, supermercados, y más aun en el mercado informal.
El modelo agrícola y económico que insiste en aplicar el gobierno venezolano en nuestro país está lleno de contradicciones. Mientras se le niega el precio justo a nuestros ganaderos, desestimulando la producción interna, se sobre paga la leche a otros países sin ninguna razón que justifique este proceder que bien puede ser catalogado como de traición a los intereses nacionales.
El gobierno mantiene regulado desde mayo pasado el precio de la leche a puerta de corral para nuestros ganaderos a 172 bolívares el litro, desconociendo las estructuras de costos que Fedenaga ha presentado, realizadas con métodos estrictamente técnicos.
El estar inmersos en una economía con profundas distorsiones, se ve reflejado en el hecho que a pesar de esta regulación gubernamental, el mercado pagó en promedio en septiembre a nivel nacional el litro de leche al productor por encima de los 256 bolívares, existiendo regiones que ya para el presente mes de octubre, cancelan por sobre los 345 Bs.
Según los reportes de los medios de comunicación de Brasil el Gobierno venezolano compró a inicios del presente año a empresas de esa nación la tonelada de leche en polvo a un valor cercano a los 5.800 dólares, mientras que el precio internacional estaba en 1.590 dólares por tonelada. Con Uruguay la compra de las 44.000 toneladas de leche en polvo entera en junio de 2015 fueron negociadas a 3.740 dólares la tonelada por el propio presidente Nicolás Maduro, cuando el precio promedio de venta de ese país estaba por debajo de los 2.500 dólares la tonelada.
Sin duda, cual gavilanes carroñeros, las mafias enquistadas en el gobierno se aprovechan de la "mala leche" que ellos mismos le han generado a nuestra ganadería, generando a partir de nuestra desgracia un "buen negocio" para unos pocos que hoy se enriquecen de las dadivas que reciben sin importarle el hambre y la malnutrición de nuestro pueblo.
Por Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer / BIENDATEAO
Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ
@WernerGutierrez
Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ
@WernerGutierrez
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