El tractor fue despojado de sus partes esenciales
102 días, ese fue el tiempo que duró la ocupación ilegal y arbitraria por un grupo de indígenas Yukpas de la Hacienda Los Paredones en el municipio Rosario de Perijá, al cabo de ese periodo devuelven a sus propietarios las instalaciones totalmente desvalijadas y en ruinas.
El argumento esgrimido por los indígenas nunca tuvo asidero ni sustento, la supuesta responsabilidad de uno de los familiares de los propietarios del predio en la muerte del Cacique de la comunidad de Tinacoa, Cristóbal Romero, quien fue asesinado en la Villa del Rosario por hombres armados en plena vía pública.
La omisión y complacencia por parte de autoridades civiles y militares permitió que durante más de 100 días un grupo de indígenas desaparecieran del predio más de 400 reses, equipos de ordeño, enfriadores de leche, plantas eléctricas, implementos e insumos de trabajo, así como gran parte de las piezas vitales, repuestos y accesorios de la maquinaria agrícola que ahora se encuentra inservible.
"Además causaron destrozos, con vil ensañamiento en las instalaciones que anteriormente sirvieron de aposento para una familia que había dedicado los últimos 30 años de su existencia a la explotación agropecuaria del predio".
Otras máquinas quedaron desvalijadas
“La Hacienda Los Paredones tiene 184 años de historia, a lo largo de ese tiempo han pasado cinco familias por estas nobles tierras”, explica Nepson Villalobos hijo, uno de los afectados.
“Nuestra familia tiene 30 años de posesión, pero anteriormente la familia Corona la tuvo durante 50 años”, agrega para simbolizar que la producción agropecuaria se lleva en la sangre y se transmite de generación en generación.
Las instalaciones quedaron desmanteladas
Armando Chacín, presidente de Fegalago es enfático al afirmar que “la debacle para la producción agropecuaria comenzó con la errónea interpretación de los postulados de la OIT y otros organismos internacionales, que fueron incorporados a nuestras leyes”.
Y es que los derechos relativos a “las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida”, se convirtió en la excusa para que el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez Frías entregara una enorme porción de territorios en los cuales se asentaba la mayor zona de producción agropecuaria del Zulia y Venezuela.
Tras la demarcación indígena quedaron afectadas más de 163 mil hectáreas de tierras productivas solamente en la subregión Perijá.
La aducción de agua también fue dañada
“Los municipios mayores productores de leche y carne del país quedaron reducidos a nada tras perder la capacidad de entregar un millón de litros de leche al día, de los cuales en la actualidad solo se producen 300 mil, la principal industria láctea del Zulia procesa apenas unos 15 mil litros de leche, y el mayor problema lo representa el robo de ganado solamente en los últimos 12 meses nos han robado 2 mil 500 reses de las cuales no se ha recuperado ni siquiera el diez por ciento”, puntualiza Chacín.
El mensaje parece claro, desestimular la producción agropecuaria y forzar el abandono de los territorios, los cuales cada vez con mayor notoriedad son ocupados por irregulares armados, presuntamente renegados y desertores de los grupos guerrilleros que negocian un tratado de paz en Colombia.
“La hacienda Los Paredones tiene 184 años de historia", dijo Nepson Villalobos hijo
Jorge Nuñez presidente de Gadema, refiere el diálogo político que ocupa el interés nacional para exigir que se inicie también un diálogo urgente entre los sectores productivos y el gobierno.
“Este desastre pudo haberse evitado, pero el gobernador del estado fue incapaz de hacer una negociación oportuna para evitar que la familia Villalobos quedara afectada de esta manera, esta es una de las razones por las que no hay comida por la complicidad del estado que apoya estas acciones contra los productores”, dijo.
Nuñez destacó que este es otro precedente visible de la agresión sistemática contra el sector productor, “Hacemos un llamado a los representantes del gobierno para que iniciemos una mesa de diálogo, porque hay invasores a las puertas de fincas en Las Piedras y es necesario parar lo antes posible esas acciones que atentan contra la producción de alimentos”.
“Desde nuestros gremios ofrecemos apoyo moral a la familia Villalobos y exigimos al gobernador del estado que asuma su responsabilidad y gestione soluciones efectivas para resarcir los daños patrimoniales ocasionados a través de financiamiento bancario”, puntualizó.
Carlos Sandoval, presidente de Ugavi también hizo un llamado a los entes gubernamentales a apoyar a los productores, “En conversaciones con representantes del gobernador asumieron su responsabilidad, seguimos a la espera de que cumplan con su palabra”.
“No es posible que nuestros niños sufren desnutrición y hambre porque no hay alimentos, mientras que las autoridades permiten que estas acciones se desarrollen sin ninguna respuesta,” refirió.
Recuerdos y vivencias
Dentro de la casa, en el espacio que anteriormente ocupó una amplia y acogedora cocina la señora Yaneidy de Villalobos rememora los momentos que compartieron como familia.
“Siento un dolor muy grande al ver como se pierde un trabajo de 30 años, más que lo material son los recuerdos que atesorábamos en este lugar, los enseres del papá de mi esposo, que murió hace 50 años y que ya no se podrán recuperar”.
Con el rostro endurecido por la impotencia, los ojos húmedos del dolor y en medio de una penetrante fetidez que desprenden los restos de desechos fecales que dejaron en los rincones del lugar, agrega que “en este sitio vivíamos y convivíamos el día a día, los momentos buenos y los no tan buenos que como familia compartimos porque este era nuestro hogar”.
Nepson Villalobos refiere que encontrar su finca en estas condiciones le da dolor y lástima, “lástima con los indígenas que son utilizados para hacer daño y dolor por 30 años de trabajo arrojados a la basura con este resultado”.
“No se trata de los Yukpas, ahora la gente les tiene rabia y ellos son víctimas de personas que se esconden en posiciones de gobierno para actuar como instigadores y aguantadores para aprovecharse de algunos indígenas que actúan como ejecutores de estas acciones que atentan contra la producción agropecuaria”, reflexionó.
“Esta era la principal fuente de ingresos de mi familia, porque aquí trabajamos todos unidos para mantener la producción”.
Desde que se inició la demarcación de territorios indígenas en Perijá miles de hectáreas quedaron reducidas a la desolación, las denuncias de la tala indiscriminada de especies protegidas y la quema de potreros para esconder el delito ambiental cometido a expensas de los indígenas, han sido constantes.
Tras acabar con los recursos vegetales ahora arremeten contra las fincas que no fueron afectadas, sometiéndolas al robo de ganado, asedio y hurto de equipos e implementos que mantienen en zozobra a los productores de la zona.
Todas estas acciones han encontrado oídos sordos en los organismos e instituciones de seguridad que deberían garantizar el pleno derecho establecido en las leyes y normas de la república.
Fuente: http://www.perijaneros.com/2016/11/100-dias-para-arruinar-un-productor-agropecuario.html
No hay comentarios.:
Publicar un comentario